CasaMistral

1999

La primera casa donde vive un arquitecto es, muchas veces, terreno de experimentación, grandes alegrías, y dolorosos aprendizajes.

Esta pequeña casita de barrio que tenía originalmente una sala-cocina-comedor, un baño y un dormitorio, se quedó primero sin divisiones para convertirse en un «loft» con toooodo integrado, y un hogar a leña en el medio, luego le crecieron una cocina, un pequeño estudio, dos dormitorios al fondo y un baño extra. Todo muy humilde en cuanto a los materiales, y un poco pretencioso en cuanto a las formas.

Quedó aquí inaugurada la profesión, y la vocación de experimentar sus límites formales y materiales.